Celia Anguita Caballero.
Introducción
El concepto de comunicación se ha estado replanteando constantemente, pero al fin se ha podido llegar a la conclusión de que es un proceso que se utiliza como mecanismo de entendimiento entre los hombres.
Esto mismo excluye a la persuasión y al adoctrinamiento (muchas veces incluidos en dicho concepto). Si este es solo un mecanismo o “herramienta” para transmitir información, el fin que conlleva no recae sobre el concepto, sino sobre quien está transmitiendo el mensaje.
Para poder seguir con esta explicación deberemos distinguir entre persuasión y entendimiento:
Por persuasión nos referimos a la acción y efecto de persuadir o persuadirse. Y persuadir lo entendemos como inducir, mover, obligar a uno a con razones a creer o hacer una cosa.
Por entendimiento significamos inteligencia o sentido que se da a lo que se dice o escribe. Pero también concebimos por entendimiento la capacidad de comprender o llegar a un acuerdo. Donde comprender significa encontrar justificados o naturales los actos o sentimientos de otro.
Acción comunicativa defendida por Jürgen Habermas.
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Jürgen Habermas |
En su trabajo sobre Teoría de la acción comunicativa distingue tres tipos de acción racional:
Primero expone la acción instrumental. Esta se refiere a la manipulación de cuerpos en movimiento orientada a la consecución de un fin. Las reglas de la acción instrumental sirven para la solución de tareas técnicas.
Seguidamente expone la acción estratégica o elección racional que se puede dividir en dos:
- Acción abiertamente estratégica, la cual consiste en que el emisor transmite los fines de su mensaje directamente hacia el receptor. El emisor influye en la toma de decisiones del receptor: se utiliza la persuasión. Un ejemplo de ello puede ser la publicidad.
- Acción estratégica encubierta. El fin de influir en el receptor se camufla como si fuera una acción comunicativa. El emisor tiene su estrategia clara y definida, pero a los ojos del receptor es una relación comunicativa verdadera (pero es falsa). Como ejemplo pondremos a la amiga que influye en una mujer para que rompa con su pareja y pueda la primera acceder a dicha pareja o el sacerdote que simula comprender el dolor de la anciana rica para obtener jugosas donaciones.

De la acción estratégica encubierta se pueden distinguir otras dos variantes: el engaño inconsciente y el engaño consciente.
El engaño inconsciente se define como una comunicación sistemáticamente distorsionada. Es decir, el emisor cree estar haciendo una acción comunicativa a favor del receptor. Pueden ser los predicadores religiosos autoconvencidos de la obligación de salvar a sus hermanos, militantes políticos o participantes en grupos de toda índole o incluso familiares.
El engaño consciente puede definirse como la manipulación de una persona por otra donde la persona manipuladora resulta beneficiada pero, hace creer al receptor que el beneficiado es él mismo.
Otra forma que emplea Jürgen Habermas para caracterizar la acción estratégica consiste en la acción dramatúrgica: se entiende la interacción entre un agente o actor que hace presentación de sí mismo, y un grupo social que se constituye en público.
El actor debe da una imagen al público de sí mismo, es decir, el público debe creer lo que vive o lo que es dicho actor. En este caso el concepto de racionalidad existe entre la concordancia de la revelación del actor y su conducta. “La interpretación racional de las acciones dramatúrgicas tiene que sacar a la luz, por tanto, los casos de distorsión o no correspondencia entre los sentimientos expresados y las conductas que acompañan a la presentación de dichos sentimientos por el actor. El intérprete tiene que sacar a luz los casos de engaño, autoengaño, distorsión, etc. Para ello tiene que afectar la comparación entre lo expresado y lo actuado. La crítica psicoterapéutica es una muestra la posibilidad de una interpretación racional de las acciones dramatúrgicas.”
“La acción dramatúrgica está dirigida a un público que, sin percatarse de intenciones estratégicas, se imagina estar asistiendo a una representación orientada al entendimiento.”
En general esta estrategia tiene dos componentes: el actor que define sus argumentos y fines y el público que es convencido. El resultado es el beneficio del primero. Por tanto, los esquemas de persuasión, anteriormente definidos, encajarían con la definición de acción estratégica de Habermas pero no con el de acción comunicativa. Las diferencias de estas dos son:
- No se puede hablar de acción comunicativa cuando el emisor influye en la toma de decisiones del receptor aunque haya sido con la mejor intención.
- Puede haber un acuerdo inducido por algo externo y no por convicción propia: gratificación, amenaza, sugestión, engaño, etc.
- Existen relaciones interpersonales entre sujetos que actúan orientándose a su propio éxito. Pero estas relaciones están reguladas por el intercambio económico y el poder a través del mercado o de relaciones de dominación. En este caso la sociedad de las personas se presenta como un orden instrumental.
No basta con enviar un mensaje unidireccionalmente para desarrollar una acción comunicativa ya que no se generarían acuerdos libres por convicción propia de los sujetos.
La acción comunicativa se coordina a través del entendimiento. "...el concepto de acción comunicativa se refiere a la interacción de al menos dos sujetos capacitados de lenguaje y de acción que (ya sea con medios verbales o con medios extraverbales) entablan una relación interpersonal" (Habermas, 1987, 124).
Los sujetos buscan llegar a un acuerdo entre interacción mutua, esto quiere decir que ambos pueden no tener un pensamiento homogéneo. El concepto fundamental es la negociación, por lo que el lenguaje es verdaderamente importante. Cada sujeto interpretará a su manera el contexto y les permitirá tomar decisiones libremente.
Cada actor que se orienta al entendimiento entabla tres pretensiones de validez: el enunciado que hace es verdadero, la acción pretendida es la correcta y la intención que expresa el hablante es la verdadera intención.
La acción comunicativa por Antonio Pasquali.
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Antonio Pascuali |
Realizó un estudio muy cercano al de Habermas en 1990. Según Pasquali “Por comunicación o relación comunicacional entendemos aquella que produce (y supone a la vez) una interacción biunívoca del tipo del consaber.” El concepto de comunicación se da cuando el emisor puede ser receptor y viceversa.
Habermas y Pasquali tienen varias coincidencias: consideran primordialmente la interacción del emisor y receptor, descartan que exista tal proceso de comunicación con la naturaleza o la materia bruta, sino que con ellas consideran únicamente una relación monovalente (Pasquali) o instrumental (Habermas), en el proceso comunicativo existe un saber común, el fin de la comunicación es el entendimiento libre, dicho entendimiento permite llegar a un con-saber y las personas que realizan la acción comunicativa, con sus propios valores, están dispuestas a establecer un vínculo.
Sin embargo, Pasquali introdujo la posibilidad (no la necesidad) de que existen medios físicos o electrónicos en el proceso. Es decir, la existencia de estos dos está subordinada al proceso de comunicación y no al revés.
La acción comunicativa por Antonio Paoli.
Según este autor la comunicación se caracteriza por el respeto mutuo. Finalmente podemos decir que “el concepto de comunicación antes planteado no se asume como una sustancia que pueda asociarse a otras entidades (como los medios, por ejemplo), sino como una acción generada por los seres humanos que tienen la voluntad de entenderse, por lo que establecen un acuerdo de principio en cual se reconocen recíprocamente como seres humanos valiosos, se respetan en cuanto tales y valoran sus diferencias y autonomía ética, desarrollan un intercambio recíproco de mensajes que los lleva a crear un nuevo conocimiento y una verdad conjunta, así como un vínculo que los compromete recíprocamente, teniendo mutua conciencia de todo ello.”
Por tanto, la comunicación masiva debería llamarse difusión masiva o proceso de persuasión, ya que los medios de comunicación son empresas que buscan su propio beneficio y lo que quieren conseguir es que el receptor sea un consumidor de mensajes, ideología y mercancías, no un interlocutor.
Podemos afirmar que la comunicación solo es un instrumento para transmitir información y que los medios de comunicación o diferentes emisores pueden persuadir a los receptores para conseguir sus fines.
Notas
1. CISNEROS, José. El concepto de la comunicación: El cristal con que se mira. Ámbitos. 2º Semestre 2001 - 1er Semestre 2002. Nº 7-8. pp. 51-52. Disponible en http://www.aloj.us.es/grehcco/ambitos07-08/cisneros.pdf fecha de consulta 5 de octubre de 2016.
2. Real Academia Española de la Lengua (RAE), 2000.
3. Real Academia Española de la Lengua (RAE), 2000.
4. CISNEROS, José. El concepto de la comunicación: El cristal con que se mira. Ámbitos. 2º Semestre 2001 - 1er Semestre 2002. Nº 7-8. pp. 51-52. Disponible en http://www.aloj.us.es/grehcco/ambitos07-08/cisneros.pdf fecha de consulta 5 de octubre de 2016.
5. MISERIA DE LA SOCIOLOGÍA. HABERMAS Y LA ACCIÓN COMUNICATIVA. Disponible en http://miseriadelasociologia.blogspot.com.es/2013/07/habermas-y-la-accion-comunicativa.html fecha de consulta 5 de octubre de 2016.
6. MISERIA DE LA SOCIOLOGÍA. HABERMAS Y LA ACCIÓN COMUNICATIVA. Disponible en http://miseriadelasociologia.blogspot.com.es/2013/07/habermas-y-la-accion-comunicativa.html fecha de consulta 5 de octubre de 2016.
7. CISNEROS, José. El concepto de la comunicación: El cristal con que se mira. Ámbitos. 2º Semestre 2001 - 1er Semestre 2002. Nº 7-8. pp. 51-52. Disponible en http://www.aloj.us.es/grehcco/ambitos07-08/cisneros.pdf fecha de consulta 5 de octubre de 2016.
8. MONOGRAFÍAS.COM. Jurgen Habermas. Disponible en http://www.monografias.com/trabajos14/jurgenhabermas/jurgenhabermas.shtml fecha de consulta 5 de octubre de 2016.
9. MONOGRAFÍAS.COM. Jurgen Habermas. Disponible en http://www.monografias.com/trabajos14/jurgenhabermas/jurgenhabermas.shtml fecha de consulta 5 de octubre de 2016.
10. CISNEROS, José. El concepto de la comunicación: El cristal con que se mira. Ámbitos. 2º Semestre 2001 - 1er Semestre 2002. Nº 7-8. pp. 51-52. Disponible en http://www.aloj.us.es/grehcco/ambitos07-08/cisneros.pdf fecha de consulta 5 de octubre de 2016.
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